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Cómo transferir competencias

La brecha entre un contexto de formación seguro y la aplicación de lo aprendido en el mundo real puede ser grande. En particular, para las personas con discapacidad intelectual, la transferencia es un desafío y no ocurre automáticamente. En esta sección se describen las condiciones y estrategias que promueven un proceso de aprendizaje exitoso y la aplicación de las competencias en el futuro.

El impulso de la transferencia de aprendizajes debe comenzar desde el principio -e incluso antes- del inicio del proceso de formación. Una específica interacción de calidad con el alumno es fundamental. En ella,  el formador debe incluir tres elementos clave: intención, significado y trascendencia.

Así pues, las actividades y ejercicios deben personalizarse para el alumno de dos maneras: el contenido debe ser relevante para el alumno y, por otro lado, debe ser reconocido por el alumno como parte de su contexto personal.

Además, la actividad debe estar en consonancia con el estilo de aprendizaje y sus competencias cognitivas.

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Para favorecer la aplicación de la competencia después de la formación, se deben establecer condiciones que inviten al alumno a poner en práctica lo adquirido. Estas condiciones generales se refieren a un entorno en el que se establecen expectativas, se aprende de los errores, se da la palabra para probar, etc.

Además de esto, las intervenciones específicas del formador, durante y después de la formación (por ejemplo, comunicación) son útiles para que el alumno pueda aplicar lo que ha aprendido.